Fases del duelo

El duelo es un proceso emocional resultante de experimentar una pérdida significativa. Esta experiencia puede afectar anímica y psicológicamente a la persona que atraviesa alguna de sus fases. Se trata de una etapa de necesario conocimiento para el ser humano, y comprender correctamente sus fases es clave para el adecuado desarrollo de este proceso.

Durante el desarrollo del duelo, el individuo avanza por distintas fases

A continuación, se exponen sus diferentes etapas y aquellos componentes emocionales que las caracterizan: 

Etapas o fases del duelo

  • Fase de negación

La primera de las fases del duelo es la de negación. Comienza inmediatamente después de producirse la pérdida. Las señales más evidentes que manifiesta una persona que atraviesa por esta etapa pueden ser, entre otras, restarle importancia al suceso o, literalmente, la negación reiterada del hecho.

Estos efectos emocionales en el individuo son consecuencia de experimentar un intenso choque emocional, que le impide discernir correctamente, percibiendo una posible impresión de irrealidad.

La negación, como parte de las fases del duelo, puede servir a la persona de mecanismo psicológico para tolerar el dolor de la pérdida acaecida. Si bien, resulta imprescindible que el individuo avance en el desarrollo del duelo, y no quede anclado en esta etapa inicial.

Confrontar la realidad y aceptarla es indispensable para poder progresar en la fase de negación.

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  • Fase de enfado o ira

 

Nos encontramos ante la segunda de las fases del duelo. Indudablemente, se trata de una de las etapas de este proceso más dolorosas para el individuo. Se caracteriza por la recurrencia de sentimientos de frustración, resentimiento e incluso furia, como respuesta a la pérdida. Frecuentemente, esta fase puede conllevar la búsqueda de responsables.

La fase de ira resulta necesaria, ya que puede servir de “vehículo” para liberar sentimientos cohibidos que, frecuentemente, impiden el progreso de la persona en su avance por las distintas fases del duelo.

Para que la persona avance en este proceso, es clave que admita que la pérdida ha producido en ella sentimientos adversos.

  • Fase de negociación

 

En la tercera de las fases del duelo, la de negociación, el individuo explora alternativas que le permitan revertir esta experiencia dolorosa, en una búsqueda desesperada para restituir la situación y sus efectos psicológicos. Sirve de “mecanismo emocional” para aminorar el dolor, ya que, en la negociación, el ser humano piensa que posee la capacidad de restaurar la “normalidad” y evitar el desenlace indeseado. Posiblemente sea de las más desconocidas, ya que se caracteriza por tener componentes emocionales muy íntimos, casi “espirituales”.

 

Para canalizar adecuadamente las emociones en esta etapa, resulta imprescindible reconocer que la pérdida es definitiva. De esta manera, se facilitará el progreso evitando más dolor innecesario en el individuo, ya que se trata de una de las fases del duelo que ocasiona más desgaste emocional.

  • Fase de depresión

 

Durante el desarrollo de esta fase del duelo, la de depresión, la persona experimenta síntomas similares a los propios de la afección mental: abatimiento, percepción de profunda soledad, falta de energía o desmotivación, etc. 

Esta sucesión de emociones es fruto de la confrontación de la realidad, y se debe al avance en el proceso del duelo. Puede ser una de las fases del duelo más duras, ya que la persona toma conocimiento de la irreversibilidad de la muerte o la pérdida y no encuentra alivio aparente. A pesar del intenso dolor experimentado en esta etapa, su proceso es natural y necesario para poder avanzar hacia el final del duelo. Sin embargo, en ocasiones puede requerirse de ayuda profesional para evitar una depresión clínica en el individuo.

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  • Fase de aceptación

 

La última de las fases del duelo es la de aceptación. Se caracteriza por un estado de sosiego o calma que experimenta la persona que ha atravesado el duelo, tras haber asumido la realidad que rodea a su pérdida y confrontar sus emociones. En esta etapa, es posible que el ser humano mire con optimismo su futuro, planificando actividades que le motiven.

Esta fase del duelo no implica que la persona olvide la pérdida, sino que ha sido capaz de canalizar sus emociones, no permitiendo que el dolor lo domine. 

Se podría decir que, al alcanzar la fase de aceptación, el individuo “ha aprendido” a vivir con esa pérdida, siguiendo adelante con su vida.

 

Comprender y conocer las fases del duelo resulta imprescindible para tolerar el proceso de pérdida, en el camino hacia una recuperación emocionalmente saludable para el ser humano que la ha experimentado.

 

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