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Queridísimos Ángeles,
Deseo transmitirte mi más sincero y profundo agradecimiento a ti ya la maravillosa Herminina, tu madre. Lamentablemente, tanto tú como ella ya se han ido.
Hace casi 20 años, ambos me recibieron incondicionalmente en su familia. Año tras año, Marian, Louisa y yo esperábamos con ansias nuestros veranos contigo y Hermina. Para nosotros, fueron los tiempos más alegres: ¡tiempos que siempre atesoraremos!
Dejas mucho de lo que puedes estar verdaderamente orgulloso: tus hijos Marian y Juan Carlos son solo dos de muchos.
Dios te bendiga en el viaje que estás a punto de emprender.
Tu yerno, Trevor